Хитроумный идальго Дон Кихот Ламанчский / Don Quijote de la Mancha - [31]
Don Quijote quedó admirado de lo que decía el del Bosque, y aunque estuvo a punto de decirle que mentía, se contuvo y le dijo:
–No digo que vuestra merced no haya vencido a muchos caballeros de España, pero que haya vencido a don Quijote de la Mancha, lo pongo en duda. Sería otro que se le pareciera, aunque hay pocos que se le parezcan.
–¿Cómo que no? ―dijo el del Bosque―. Yo, que me hago llamar el Caballero de los Espejos, peleé Don don Quijote y lo vencí. Es un hombre alto de cuerpo flaco, de cara delgada y nariz curva. También se le conoce como Caballero de la Triste Figura, y tiene un escudero llamado Sancho Panza, su caballo es Rocinante y tiene por señora a una tal Dulcinea del Toboso. Si todos estos signos no bastan para confirmar mi verdad, aquí está mi espada para obligar a que me crean.
–Tranquilizaos, señor Caballero de los Espejos ―dijo don Quijote―, y escuchad lo que os quiero decir. Habéis de saber que ese don Quijote que decís es el mayor amigo que tengo, tanto que lo tengo en lugar de mi misma persona, y que por lo que me habéis contado, pienso que es el mismo al que habéis vencido. Por otra parte, veo con los ojos que no es posible que sea el mismo, a no ser que uno de sus muchos enemigos encantadores haya tomado su figura para dejarse vencer y quitarle la fama ganada por sus grandes hazañas. Y para confirmar esto, os diré que esos encantadores transformaron la figura de la hermosa Dulcinea en una aldeana vulgar y mezquina, y de la misma manera habrán transformado a don Quijote. Y si todo esto no basta para ver la verdad, aquí está el mismo don Quijote que la defenderá con sus armas a pie, o a caballo, o de cualquier forma.
Dicho esto, se puso en pie y sacó la espada.
–El que una vez, señor don Quijote ―dijo el Caballero del Bosque―, pudo venceros transformado, también podrá hacerlo ahora. Y como no está bien que los caballeros realicen sus hazañas en la oscuridad, esperemos a que sea de día para que el sol vea nuestras obras. Y ha de ser condición de nuestra batalla que el vencido ha de quedar sometido a la voluntad del vencedor, para que haga de él todo lo que quiera.
–Estoy conforme con esa condición ―respondió don Quijote.
Se fueron en busca de sus escuderos y los encontraron roncando. Los despertaron y les mandaron que tuvieran a punto los caballos, porque al salir el sol iba a haber una sangrienta y difícil batalla. Sancho temió por la salud de su amo, pues el otro escudero le había hablado de la valentía de su señor. En el camino, dijo el del Bosque a Sancho:
–Has de saber, hermano, que mientras nuestros dueños pelean, nosotros también hemos de pelear, porque así es costumbre en Andalucía.
–Yo jamás he oído decir eso a mi amo, que sabe de memoria todas las normas de la caballería andante. Además, yo no estoy enojado con vuestra merced ni siento cólera alguna ―dijo Sancho.
–Para eso tengo yo remedio ―dijo el del Bosque―: me acerco a vuestra merced y le doy tres o cuatro bofetadas para despertarle la cólera.
–Contra eso ―dijo Sancho― tengo yo otro remedio igual de seguro: cogeré un garrote[155] y le daré golpes con él para hacer dormir su cólera. Pero lo más acertado sería dejar las cóleras dormidas, que Dios bendice la paz y no las peleas.
Llegó, por fin, la claridad del día que permitió verse bien unos a otros. Lo primero que llamó la atención de Sancho fue la nariz del escudero del Bosque, que era tan grande que casi le hacía sombra a todo el cuerpo. Era como una berenjena, llena de granos. Sancho decidió dejarse dar doscientas bofetadas antes que despertar la cólera de aquel monstruo para pelear con él.
Don Quijote, por su parte, miró a su contrincante[156], pero no le pudo ver el rostro porque ya había puesto la armadura. Entonces dijo al Caballero de los Espejos:
–Mientras subimos a caballo, podríais decirme si soy yo aquel don Quijote que dijiste haber vencido.
–A eso os respondo ―dijo el de los Espejos― que os parecéis, como se parece un huevo a otro, al mismo caballero que yo vencí. Pero como decís que tenéis encantadores, no me atreveré a decir si sois el mismo o no.
–Eso me basta ―respondió don Quijote― para que crea vuestro engaño. Pero para sacaros pronto de él, acérquense nuestros caballos que en poco tiempo veré yo vuestro rostro y vos veréis que no soy el vencido don Quijote que pensáis.
Iba ya a empezar la pelea cuando dijo el Caballero de los Espejos:
–Recordad que la condición de nuestra batalla es que el vencido ha de quedar a disposición[157] del vencedor.
–Ya lo sé ―respondió don Quijote―, siempre que lo que ordene no salga de los límites de la caballería.
Vio entonces don Quijote las extrañas narices del escudero y se admiró tanto como Sancho, conciderándolo un monstruo. Sancho no quiso quedarse solo con el narigudo[158] y pidió a don Quijote que le ayudara a subir a un alcornoque, para presenciar el valiente encuentro entre los caballeros.
El de los Espejos, creyendo que don Quijote estaba ya preparado, echó a correr con su caballo, pero al comprobar que don Quijote estaba entretenido con Sancho, paró de repente su caballo de tal forma que ya no pudo moverse. Don Quijote, que le pareció que su enemigo venía volando, hizo correr a Rocinante y llegó donde estaba el de los Espejos intentando mover a su caballo. Don Quijote, sin peligro alguno, atacó al Caballero de los Espejos y le hizo caer al suelo.
Классический роман М. Сервантеса о рыцаре печального образа и его подвигах и похождениях.Адаптированный перевод Энгельгардта.Художники: Гюстав Доре, Тони Жоанно.
В книге рассказывается история главного героя, который сталкивается с различными проблемами и препятствиями на протяжении всего своего путешествия. По пути он встречает множество второстепенных персонажей, которые играют важные роли в истории. Благодаря опыту главного героя книга исследует такие темы, как любовь, потеря, надежда и стойкость. По мере того, как главный герой преодолевает свои трудности, он усваивает ценные уроки жизни и растет как личность.
Роман классика испанской литературы Мигеля де Сервантеса «Хитроумный идальго Дон Кихот Ламанчский» — одно из самых гениальных произведений эпохи Возрождения — рассказывает о приключениях бедного дворянина Алонсо Кихано, который вообразил себя рыцарем Дон Кихотом и вместе с верным оруженосцем Санчо Пансой отправился в поход против зла и несправедливости на земле.
В этой книге впервые представлен во всем своем многообразии жанр новеллы периода его рождения и расцвета в испанской литературе. Кроме широко известных у нас произведений Сервантеса, Лопе де Веги и Тирсо де Молины, читатель может познакомиться с творчеством многих испанских писателей XVI–XVII вв.: X. Тимонеды, Г. Сеспедеса-и-Менесеса, X. Переса де Монтальвана, М. Сайяс-и-Сотомайор и других…
В книге рассказывается история главного героя, который сталкивается с различными проблемами и препятствиями на протяжении всего своего путешествия. По пути он встречает множество второстепенных персонажей, которые играют важные роли в истории. Благодаря опыту главного героя книга исследует такие темы, как любовь, потеря, надежда и стойкость. По мере того, как главный герой преодолевает свои трудности, он усваивает ценные уроки жизни и растет как личность.
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